Tantanfan
Lo que tienen (o tenían entonces, 2016) en común Aitor Saraiba, La vecina Rubia o Moderna de Pueblo son los ejércitos de fans. Precisamente, el target de este negocio. Jugué con la palabra fan porque follower me da repelús (salvo cuando lo dice Joaquín Reyes). De fan a muy fan, de muy fan a tan fan y a tantanfan. Me enamoré enseguida fonética y visualmente de tantanfan y del recorrido que tenía. Pegaba con todo.
Tantanfan de Moderna de Pueblo.
Tantanfan de Aitor Saraiba.
Tantanfan de María Hesse.
Tantanfan de Soy Cardo.
Se podía colar en todos los soportes de comunicación interna y externa. Ayudaba a construir marca y a conectar con la gente ya desde el nombre.
Tantanfan de los emails breves. (Para firmas de mail)
Tantanfan de las reuniones breves. (Para firmas de mail)
Tantanfan de quienes dicen correo electrónico. (Para firmas de mail)
Tantanfan de cobrar a 30 días. (Para las facturas)
Y lo mejor: el cliente podía crear su propia comunicación de forma muy sencilla sin invertir nada, a base de insights, humor, honestidad, simpatía y a jugar. Podía seguir sin molaría. A continuación ejemplos de contenido en su perfil de instagram.
Tantanfan. Un nombre inventado que en realidad ya existía. Un nombre musical con un recorrido infinito. Probablemente, mi nombre favorito.
Tantanfan (web) fue un éxito rotundo. De hecho, muy poco después de nacer lo compró la editorial Planeta y me gusta pensar que el nombre contribuyó.