Invitación de boda comestible

Las invitaciones de boda suelen aburrir a un cura. Con este insight sobre la mesa intentamos huir del verjurado (para nosotros es pecado) y sorprender a una pareja de novios maravillosos con una invitación nunca vista.

 

Un paté de perdices de pata negra y a la madrileña (se casaban en Madrid). Adjunto, un folleto pequeño con la fecha, el lugar de la celebración y la dirección.

Una invitación emocionante como la llegada de la novia, romántica como el primer baile, inesperada como el saludo de un familiar que no te habla y memorable como un dolor de pies.

 

 

Conseguimos que los invitados empezaran a saborear la emoción de la boda mucho antes del gran día.

 

 

Las dos perdices enfrentadas tienen un por qué pero mejor que lo descubras tú.

 

Dirección de Arte: Borja de Arteaga